martes, 4 de octubre de 2016

Sobrevivió a dos ataques de una osa y se filmó mostrando las heridas

Un cazador de 50 años fue atacado por una hembra grizzly en Montana, EEUU. Las graves heridas casi le cuestan la vida. Video.



Un cazador de 50 años de Montana, Estados Unidos, salió el sábado muy temprano a caminar por los montes de esa ciudad, pero fue atacado por una osa que lo dejó al borde de la muerte.

Todd Orr se filmó a los pocos minutos de ser atacado dos veces en un lapso de 10 minutos por una celosa hembra grizzly y lo subió a su Facebook.

"No sé qué (herida) tengo detrás del cuello. Hay pedazos de 'cosas' colgando de mi brazo y mi hombro está quebrado. Pero los órganos internos están bien ", describió Orr con la cara y el cuerpo cubiertos de sangre.

La caminata que casi le costó la vida era de reconocimiento: el cazador quería localizar alces en el Valle De Madison.

Todd, quien iba armado con una pistola y un spray de gas pimienta, justamente para defenderse de este tipo de ataques, contó que cada “30 segundos gritaba ‘hey oso’”, una técnica utilizada para espantar a los animales salvajes y evitar un encuentra cara a cara.

Pese a este, Orr se topó con la hembra, que el verlo comenzó a correr hacia él. "Empezó a correr hacia mí. Le grité varias veces para que supiera que era un humano y diera marcha atrás. Pero no tuve suerte", realtó. En un acto de supervivencia, el cazador sacó el spray de pimienta y lo descargó por completo.

"La fuerza de cada mordida era como un mazazo de dientes"

"Fue una eternidad. Y, a los pocos segundos, la osa desapareció", cuenta el sobreviviente. Pero la pesadilla recién comenzaba.

Orr se encontró de nuevo frente a frente con la bestia. La hembra lo tiró de espaldas a la tierra y escuchó "el ruido de un hueso que se quebraba". Inmóvil, el hombre también sintió cómo le mordía la cabeza y abría un tajo profundo arriba de su oreja. "Pensé que ere el final", escribió.

"De repente se detuvo y se quedó encima mío. Nunca me olvidaré ese breve momento. Era el silencio de la muerte, Excepto por el sonido de su respiración pesada. Podía sentir y escuchar su aliento en mi nuca. Podía sentir sus garras delanteras clavándose en mi espalda debajo de mi mochila. Durante treinta segundos se quedó allí aplastándome. No me moví", detalló Orr.



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